3.5.09

La cerámica china






En la región donde, actualmente se encuentra Pekín, las comunidades humanas están formadas por cazadores y agricultores; conocen una forma elemental de elaboración de creta y de arcilla, fabrican recipientes crudos, de considerable grosor, con formas standard, alargadas o en trípode.

Los hombres ya no habitan las cavernas, sino en poblados, con viviendas hechas de tierra trabajada, o, incluso de ladrillos, secados al sol, fabricados con barro. Tienen collares de hueso y piedras, brazaletes de creta que representan figuras humanas o de animales domésticos; sepultan a sus muertos en localidades distintas de los poblados, preferentemente en zonas elevadas, desde las que los difuntos puedan dominar la región donde han vivido.

Es de suponer que todos estos adelantos han precisado algunos miles de años. Pero la gran realización de la civilización china de esta época está constituida por la cerámica pintada o decorada. Ha quedado perfectamente demostrado que la cerámica decorada es una muestra de civilización que puede desarrollarse en épocas y en localidades distintas en forma absolutamente idénticas, ciertamente no es admisible que este arte tenga un único origen. La cerámica decorada china muestra una perfección verdaderamente sorprendente y un carácter tal que no puede ser confundida con ninguna actividad similar de cualquier otro pueblo. Entre todas las cerámicas chinas de la época, tenemos las realmente espléndidas de Yang Chao, una vajilla pintada en vivos colores, hábilmente modelada que no puede compararse con ninguna otra.

En poblados que se remontan al 4.000 o 5.000 a. de C. se descubrieron junto con numerosos utensilios de piedra y hueso, las primeras cerámicas decoradas verdaderamente admirables. Estas fueron el hallazgo más sorprendente, porque revelaron no solo el conocimiento del torno, sino una forma artística que solo podía explicarse con una civilización muy adelantada e, incluso, con una gran organización colectiva.