31.3.09

Entre las obras del maestro Cándido Millán, se encontraban también algunas de sus discípulos y discípulas




Entre las obras de los discípulos y discípulas y las propias de nuestro recordado maestro Cándido Millán, que él conservaba en su ESCUELA TALLER ARTE FUEGO, se encontraban algunas que son de mi creación, y que el consideró que debían ser exhibidas, lo cual me llenó de una gran satisfacción.

21.3.09

La técnica del Rakú





La técnica de Rakú proviene del Japón donde se usa en la fabricación de teteras y cuencos destinados a la ceremonia del té. Se trata de una cerámica porosa, de baja temperatura y aspecto rústico debido al agregado de chamota y a que las piezas son modeladas a mano. La base de los esmaltes que se utilizan son los fundentes que contienen plomo o el bórax. Una vez bizcochadas y barnizadas, se meten con largas pinzas en un horno que ya subió a la temperatura necesaria y se dejan en el interior del fuego entre 15 y 30 minutos, hasta que madure el barniz. Luego se extraen otra vez con las pinzas mientras las piezas están al rojo vivo. Se introducen inmediatamente en pasto, aserrín, papel lo que provoca que el material inflamable comience a arder, este proceso da lugar a la reducción en el barniz. Para detener el proceso se introduce posteriormente, en agua. Por lo general, las piezas de Rakú tienen una coloración dispareja, manchada o tornasolada.

Esta técnica, el Rakú, es utilizada para lograr la reducción química de los óxidos metálicos contenidos en los esmaltes: se colocan las piezas ya bizcochadas y esmaltadas en un horno cerámico, a los 920ºC /1000º (o la temperatura para la cual se han formulado los esmaltes) se retiran y colocan en un pozo en la tierra o en un tacho con aserrín, viruta de madera o similar. En contacto con la pieza al rojo el aserrín prenderá, en ese momento se tapa el pozo o tacho y el fuego consume el oxígeno, realizándose la reducción deseada. En el caso de los esmaltes que no contiene óxidos metálicos, los blancos o transparentes, lo que se logra con esta técnica es un muy vistoso ahumado que penetra en las cuarteaduras del esmalte, producto del choque térmico.

Quién haya hecho Rakú alguna vez podrá corroborar que si bien hoy en día su fin es estético y su técnica ha variado, no se ha perdido el sentido de ceremonia en cuanto a su procedimiento. Esto ocurre porque en general se hace al aire libre, entre mucha gente, se comparten momentos de alegría al sacar las piezas del horno. Además, ya que demanda algunas horas se comparte comida y bebida haciendo del Rakú una verdadera fiesta.